La verdad es que no me sorprende, no me da
pena, es algo que tengo asumido que acabaré llevando, pero los Smartwatch
son un gadget de esos que no tienen ni mi admiración ni comprensión. Acepto que
la moda manda y pese a que la demanda tampoco es para echar cohetes, hay que
decir que la tendencia nos lleva a tener uno de estos complementos entre
nosotros. Siguiendo un poco el mercado, modelos, precios, comparativas,
rendimientos, vamos aquello que se suele hacer a la hora de sacar una
conclusión, me he quedado sorprendido de las características y rendimiento del Moto
360. Estéticamente es uno de los modelos más vistosos, principalmente
porque tiene apariencia reloj y no robot que es algo fundamental y que desde un
primer momento me hacía ser reticente al respecto.
Quitando el diseño, que desde mi punto de
vista es correcto, todo lo demás son muchos contras y pocos pros, así que vamos
a ir desgranando todo aquello que hace ver en este reloj inteligente, un mal
ejemplo a seguir. Primero de todo, y para abrir boca, el precio. Es del todo
abusivo que un reloj, por muy inteligente y fabuloso que pueda llegar a ser que
cueste 250 euros, y no lo es principalmente porque ni es fabuloso ni es muy
inteligente, con lo cual es un precio desorbitado para lo que nos ofrecen. Para
que luego no se diga que todo lo que hablo es negativo, tengo que decir que el
sistema de carga inalámbrico me parece un acierto, es más, me gusta cómo queda
cuando lo ponemos a cargar, hace función despertador y nos acompañará en
nuestra mesita de noche.
Sigamos con los palos. Es del todo
incomprensible que un dispositivo de estas características no tenga GPS. Ya me dirán
ustedes de qué sirve un reloj que no es capaz de situarnos o localizarnos,
seguramente un punto demasiado negativo y que hará que muchos de vosotros os replanteéis
el comprar uno de estos dispositivos. Pero tranquilos que todavía hay mucho más,
como por ejemplo podríamos hablar de su autonomía, su corta batería de 320 mAh
hace que no aguante el día y que tengamos que cargarlo un par de veces como
poco, entendiendo un uso normal, parecido al que le damos al móvil, que
seguramente hace cinco años sería excesivo, pero que hoy lo vemos como normal.
Seguramente en cuanto al aspecto es uno de los
mejores, por no decir el mejor de la actualidad. Su pantalla circular y sus
acabados son magníficos, pero el problema viene cuando nos adentramos en él.
Tiene muchos defectos, primero de todo que la correa, pese a ser correcta
(acabados en cueros de dudosa resistencia), no es intercambiable, con lo cual
si se nos rompe nos tocará pasar por el SAT y lo que eso conlleva, estar algún día
sin nuestro reloj inteligente. Si miramos más adentro, nos encontramos con una
desagradable noticia, incorpora un OMAP3, muy extraño si tenemos en
cuenta que la mayoría de Smartwatch del mercado están
montando Snapdragon 400, eso hace que su rendimiento caiga en picado y
con el suban por ejemplo el consumo. Si tenemos en cuenta que los relojes están
empezando a despegar, es muy posible que en poco tiempo y con la aparición de
nuevas aplicaciones el reloj todavía reduzca más su rendimiento y la
durabilidad de la batería.
Mis conclusiones son claras, a día de hoy, y
pese a que en diseño los Smartwatch están avanzando a lo
lógico, presentar un reloj inteligente igual o lo más parecido posible a un
reloj y dejar de lado esos abortos robóticos de muñeca, tienen todavía un largo
camino por recorrer y no los veo viables a día de hoy, ni por precio, ni por
características, ni por nada. Creo que están queriendo correr demasiado, y eso
hace que ofrezcan productos muy deficientes que van a hacer que los usuarios
pierdan la fe en esos dispositivos, y todo por no saber esperar el momento
adecuado o esperar a tener un producto mejor.
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